Troia: la península de la playa interminable
Más de 20Km de playas de arena blanca rodeando la península de Troia. Interminable arenal (el más largo de Portugal) junto a aguas limpísimas y enfrente, el Parque Natural de la Sierra de Arrabida.
En los últimos años se ha convertido es destino turístico de primer nivel pero a pesar del número de visitantes, es tan inmensa que no parece que tenga concurrencia.
En Troia se han construido campos de golf y algunos hoteles, pero afortunadamente ha podido salvarse de la invasión inmobiliaria y del turismo masivo.
Se puede acceder muy fácilmente en Ferry desde Setúbal, las salidas son muy frecuentes. Es una opción recomendable alojarse en Setúbal y tomar el ferry para disfrutar de la playa.
La Península se encuentra entre el estuario del Río Sado y el Océano atlántico.
Además del baño y de los espectaculares paseos por playas kilométricas, se pueden visitar las ruinas de un antiguo complejo romano de salazón de pescado donde se elaboraba
la famosa salsa romana de pescado, el garum. La presencia romana en la zona dejó su rasto también con la fundación de la ciudad de Cetóbriga (Setúbal).
La sal ha sido protagonista desde la antigüedad en la zona, como se puede observar por ejemplo en topónimos cercanos como Alcacer do Sal.
En Troia se pueden avistar delfines con un poco de suerte. Hay viajes en barco para observarlos.
Por cierto, en Setúbal (la verdad es que en todo Portugal) se come muy bien. El pescado es especialmente bueno, y un sitio muy conocido es el restaurante Nova 10. Nosotros fuimos porque nos lo recomendó la gente que vive allí. Pero si está muy lleno y no encontráis mesa no os preocupéis porque hay muchos restaurantes, muy buenos y de precios muy razonables.
También en las cercanías, en Carrasqueira, existe un puerto construido sobre troncos de madera (palafítico, que se llama) muy curioso de visitar. Incluimos este enlace de Diario del Viajero para que veais el puerto.
Además nos gustó mucho la página dedicada a Troia del blog Guias de Viaje.